Reflexiones Post-Vacaciones

Con la llegada de los primeros días de septiembre despedimos las vacaciones y damos la bienvenida a lo que para muchos es la “temida vuelta al trabajo y la rutina” y, en cantidad de casos, la conocida depresión post-vacacional.

 

Por primera vez en mi vida creo que para mí es un retorno más que deseado y feliz.

Echaba de menos estos ratitos de escribir para compartir, de recibir pacientes con los brazos abiertos, de reencontrarme con compañeros de trabajo y amigos, de comenzar proyectos nuevos.

 

Esto, me ha ayudado a comprender que si todos amásemos de verdad el trabajo que realizamos, no existiría la depresión ni la tristeza al volver de vacaciones… ¡Sería imposible!

Tras las vacaciones...

¿Eres de las personas que se sienten abatidas, tristes, deprimidas, ansiosas o agobiadas con la marcha del verano? ¿La vuelta a la rutina no hace otra cosa más que angustiarte? Bueno, quizás es un buen momento para que te pares y revises tu vida.

 

Septiembre es el mes de “la vuelta al cole” pero, no sólo es la vuelta al cole de los más pequeños, todos de alguna manera volvemos al cole, volvemos al día a día. Los que han estado fuera vuelven a sus casas, los que han estado en casa vuelven a programar sus despertadores, volvemos a la oficina, despacho, supermercado, perfumería,… todos volvemos.

 

Para mí, septiembre es el verdadero Año Nuevo. Me parece un mes estupendo para las oportunidades, para empezar cosas nuevas, para acabar con aquello que no nos hace felices, para tomar decisiones, para emprender nuevos retos. ¿Por qué no? Empieza ahora, es un fantástico momento.

¿A qué esperas para mejorar tu vida?

¿Cuánto más quieres mantener algo que te angustia? Y lo más importante, ¿por qué motivo?

 

Mis vacaciones me han proporcionado cantidad de momentos y aprendizajes que me han ayudado a comprender mucho más sobre mí y sobre cómo tendemos a actuar. Han sido un escenario perfecto para observar el comportamiento de la humanidad reducido a unas cuantas personas que entraban y salían de mi vida a diario.

 

Hoy, haré alusión a una de las conversaciones que me parecieron interesantes para compartir con vosotros. Un chico me contaba que le agobiaba mucho el pensar en volver al trabajo, que llevaba allí 10 años pero que los últimos 4 habían sido una tortura.

 

El escenario sería el siguiente: hablamos de una persona que no se siente valorada en su puesto siendo muy válido y esforzándose en serlo cada día más, dentro de una empresa grande donde ellos no son más que máquinas encargadas de hacer crecer los beneficios. Seguro que a muchos os suena esta situación.

 

Todo ello, le ha llevado en los últimos 4 años a un estado constante de ansiedad, estrés y apatía que le impide, incluso, olvidarse de ello y disfrutar de su tiempo cuando no está trabajando. Tras contarme sobre su estado lo único que se me ocurrió decir fue: ¿Y a qué estás esperando para mejorar tu vida? A lo que, por supuesto, no supo contestarme.

 

En general, creo que vivimos en una constante inercia y no paramos ni un momento a realizarnos estas preguntas, ni mucho menos a pensar en sus respuestas. Muchas veces incluso mantenemos la infelicidad porque profundamente sentimos que no podemos hacer nada y, por tanto, será que es lo que merecemos. ¡SÍ! ¡HAZLO! Tienes en tu mano la oportunidad de cambiar tu vida, de buscar algo mejor, de tomar decisiones sobre tu propio bienestar… ¿Por qué no lo haces de una vez? Los miedos, las dudas, el temor y la inmovilidad no han llevado nunca a nadie a ningún sitio.

 

Ahora es el momento que estabas buscando, esta es exactamente la ocasión para empezar a hacerlo. ¡Es hoy! ¡Es aquí! Y ¡Es ahora!

¡Feliz año nuevo de las oportunidades a todos!

 

“Cuando no se encuentra descanso en uno mismo es inútil buscarlo en otra parte”

 

Olaya Martínez

Psicóloga en Valencia

 

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Nº de Colegiada CV-13970