Por lo general, no solemos pensar en acudir a un psicólogo como primera opción cuando sentimos profundos sentimientos de angustia, ansiedad, estrés, desesperación y derivados. Por el contrario, sí acudimos a nuestro médico cuando notamos que algo en nuestro organismo no está funcionando como debería ¿Por qué esta diferencia?
Cuando una pareja se encuentra en proceso de tratamiento de reproducción asistida debe saber que va a haber una serie de momentos clave en los que sus niveles de ansiedad van a aumentar considerablemente. Si nunca han acudido a una consulta psicológica mi consejo es que no esperen a que esa ansiedad los esté consumiendo. Los tratamientos psicológicos, al igual que cualquier tratamiento farmacológico, no funcionan de un momento para otro. Existe un arduo trabajo por parte del paciente y del profesional que debe ir haciéndose paso a paso y con paciencia hasta lograr resultados.
Un trastorno psicológico, al igual que cualquier otra enfermedad física, necesita su proceso de curación y su tiempo. Hablaremos hoy de la importancia de seguir una terapia psicológica antes de los momentos claves en el tratamiento de la reproducción asistida.
Beneficios de la psicología durante la reproducción asistida
Dado que nos encontramos ante situaciones en las que tomar muchas decisiones trascendentales, es importante encontrarse fuerte anímicamente y saber bien qué hacemos y, conocer nuestros sentimientos y pensamientos para saber si, nuestra decisión coincide verdaderamente con lo que deseamos.
Por tanto, el acompañamiento psicológico va a ser muy beneficioso desde el mismo momento del diagnóstico de infertilidad, donde la pareja va a necesitar hacer una evaluación positiva y una búsqueda de soluciones pro-activa, hasta en cada una de las fases de un proceso que resulta más costoso emocionalmente de lo que a priori la pareja podría imaginarse.
3 fases donde la psicología es fundamental
Como he comentado anteriormente, al inicio de este post, un tratamiento psicológico, al igual que cualquier otro tratamiento, necesita de tiempo y trabajo por todas las partes implicadas. Por lo cual, va a ser muy costoso ofrecer verdadera ayuda a una mujer, o una pareja, que acude a la terapia en los momentos clave y de mayor ansiedad del proceso.
Por descontado esto no quita que mejor recurrir a apoyo psicológico en ese momento que no hacerlo nunca, pero debemos de trabajar con tiempo y dedicar todo aquel que sea necesario. Así como, ser conocedores de que todo tratamiento requiere su tiempo y esfuerzo.
Dicho esto, me gustaría destacar los 3 momentos o fases que resultan claves durante el proceso de reproducción asistida y dónde se ha demostrado científicamente que existen los picos más elevados de ansiedad en las parejas. Estos son:
- Punción folicular y ovocitos fecundados: momento en el que se extraen los ovocitos mediante punción para, seguidamente, ser fecundados en el laboratorio. Es un proceso que se vive con gran tensión emocional y ansiedad por ambos miembros de la pareja. Han sufrido todo el tratamiento y tienen todas las expectativas puestas en que el esfuerzo realizado dé sus frutos mediante la consecución de cantidad de ovocitos maduros y viables y, finalmente, con varios de ellos fecundados para poder transferir.
- Espera de resultados/ Betaespera: se trata de los 15 días posteriores a la transferencia de embriones. A pesar de que los niveles ansiedad mostrados en los estudios son más elevados en las mujeres que en los hombres, ambos pasan por picos de ansiedad más altos que en otras fases del tratamiento. Como se dice coloquialmente “la espera desespera”. La psicología toma un papel relevante debido a que los médicos han terminado su labor y la pareja se encuentra en un vaivén de emociones que van desde la esperanza hasta el miedo por el resultado negativo.
- Resultados: se trata del momento de máxima tensión percibida por los pacientes, sobretodo si éstos son negativos. A un resultado negativo se le suman sentimientos de desilusión, desesperanza y desesperación, tristeza y rabia, además del fuerte deseo de abandono. Es importante acompañar y contener las emociones de nuestros pacientes en estos momentos, sobretodo teniendo en cuenta que las probabilidades de embarazo aumentan conforme lo hacen los intentos. Con ello no quiero decir que debamos intentarlo una y otra vez sin límites. Pero ser conscientes de que se necesita tiempo, fuerza y paciencia y que antes de abandonar merece la pena cuidar nuestras emociones y mantenerlas estables para poder intentarlo, al menos, una vez más.
¡ÁNIMO!
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