Nos encontramos ante un momento delicado a la par que importante en la vida de una familia, ha llegado un nuevo miembro y es todo lo que estábamos deseando, ahora nuestros sueños se han cumplido y nuestro proyecto ha tomado forma, pero en muchas ocasiones, el aura de felicidad se ve envuelto de miedos y dudas que antes no existían y ahora empiezan a surgir. Existe la necesidad de cambiar el concepto “tu y yo” para convertirse en un “nosotros”, pasamos de la relación de dos, a la relación de tres o incluso más, dejamos de ser hijos para ser padres, surgen las dudas sobre si “seremos buenos padres” o si sabremos dar a nuestro hijo lo mejor.
En definitiva, nos vemos rodeados por una serie de cambios que, teniendo en cuenta los altibajos hormonales y emocionales de la mujer en este delicado momento, pueden llegar a ser disruptivos y causar verdaderas emociones negativas que nos impidan disfrutar del regalo que nos acaba de hacer la vida.
La pareja debe ser el compañero ideal y quien nos envista de esa contención, apoyo y compañía que ahora resultan fundamentales para nosotras, pero, en ocasiones, ya sea debido al ritmo de vida actual, las obligaciones laborales o el propio carácter de la persona, esta contención no es suficiente y la madre puede verse sumida en una sensación de pérdida del control de la situación, e incluso, en una depresión.
Así como nos preocupa, en estos momentos, el bienestar físico y emocional de la madre, nos preocupa el del bebé, que en estos primeros años, siente y vivencia las mismas sensaciones que su mamá. Podéis contar conmigo si este es vuestro caso, desde aquí trabajaremos para que viváis vuestra recién estrenada maternidad/paternidad de la mejor de las maneras y os encontréis arropados, completos, seguros y felices.