En nuestra vida diaria estamos en continuo contacto con todo tipo de relaciones: amistades, familiares, pareja, laborales, etc. Así como muchas de ellas completan nuestra vida y la enriquecen aportándole la compañía y los momentos que la hacen especial, no siempre estas relaciones resultan todo lo positivas que deberían.
Tanto si hablamos de parejas como de miembros de nuestra propia familia o ciertos amigos, existen personas que son incapaces de ofrecernos relaciones sinceras y saludables, relaciones que sumen y no resten, relaciones auténticas y que nos aporten cosas positivas.
Existen una serie de relaciones que, a menudo sin darnos cuenta, van intoxicando nuestro día a día y haciéndonos caer en un aura de infelicidad de la que debemos ser capaces de ver y escapar a tiempo. Estas relaciones son las conocidas como: Relaciones tóxicas. En la mayoría de ocasiones los propios afectados son incapaces de darse cuenta y evitarlas.
Hablaremos particularmente de las relaciones de pareja tóxicas, pero muchos de los datos podrían ser aplicables a cualquier otro tipo de relación.
Claves que indican que tienes una relación tóxica
Estas relaciones son especialmente negativas para aquellos que las viven ya que suelen ser los últimos en darse cuenta que las están padeciendo. Habitualmente, es el propio entorno de la persona afectada el que va advirtiendo de que los comportamientos de la pareja, e incluso, los propios, están cambiando negativamente.
La persona afectada por una relación tóxica empieza a vivir en una especie de red de prohibiciones y sentimientos negativos. Son relaciones que poco a poco van consiguiendo hacernos sentir mal e infelices. Relaciones que con el paso del tiempo van destruyendo la persona que éramos y convirtiéndonos en alguien distinto y que de forma habitual se siente triste y apesadumbrado. Son relaciones que nos hacen sufrir profundamente, pero de las que somos incapaces de salir. En este tipo de relaciones se viven más momentos de insatisfacción que de felicidad.
5 características de las relaciones tóxicas
- Baja autoestima: sentirnos inferiores o que no estamos al nivel de la otra persona, puede hacernos creer merecedores de todo lo que nos pase o incrédulos ante el hecho de estar con determinada persona porque ¿cómo puede estar conmigo? Esta situación puede impedir que veas con claridad la verdadera situación e impedirte tomar la determinación de dejar la relación porque nunca encontrarás alguien igual, por miedo a quedarte sola o por miedo a ser insuficiente para cualquiera. Ponte frente al espejo, mírate, mira en tu interior y busca todas esas cosas por las que él/ella se fijó en ti, estoy segura que cualquiera puede verlas y puedes ser feliz con cualquier otra persona, pero sobretodo y principalmente, contigo mismo/a.
- Dependencia Emocional: muy relacionada con la anteriormente nombrada baja autoestima. La persona que la sufre siente que su vida sin la otra persona será peor y que merece la pena pasar por ciertas cosas, siempre y cuando, la relación continúe. Cualquier momento bueno o pequeño detalle compensa el resto de malas situaciones. ¿En serio vas a conformarte con ese tipo de vida? ¿Te conformarías, sin más, con otro tipo de cosas? Piénsalo. ¿No es mejor optar a lo máximo? ¿No es mejor tener toda una vida de buenos momentos y experiencias? Te aseguro que una vida mejor y más feliz es posible. Piensa en ti, piensa que tu felicidad no puede alimentarse tan sólo de migajas.
- Pensar que cambiará: siempre existe una excusa que demuestre que la situación es algo puntual que va a cambiar con el tiempo. Existen promesas que nunca se cumplen. Es importante pararse a pensar desde cuándo la relación se desarrolla así y ser objetivo (dentro de lo posible). No generes falsas ilusiones o creencias si las cosas son así desde que comenzaron y no existe ningún factor que pueda haber hecho cambiar algún detalle, no el total de comportamientos entre la pareja.
- Pensar que es lo normal: ocurre cuando en la relación no hemos conocido otra cosa, lo normalizamos y tendemos a creer que todas las relaciones son así. Si te encuentras en una situación que te hace sentir infeliz, mal, en soledad, no dudes en hablarlo con alguien de tu confianza. Compartir con nuestra gente cercana, en muchas ocasiones, puede ayudarnos a ver la realidad y encontrar soluciones positivas.
- Miedo a la soledad: detalle también reforzado por contar con una baja autoestima. Crees que si no estás con él no estarás con nadie más. Es una de las características que más nos mueven, en general, a continuar con una relación sentimental. La costumbre o el hábito son malos consejeros a la hora de terminar con una relación, sea del tipo que sea. Si eres valiente y definitivamente te decides a cortar con algo que, en realidad, no está haciéndote feliz vas a descubrir el mundo que tienes a tu alrededor. Antes de estar con esa persona tu existías, eras alguien y vivías de una determinada manera que, probablemente, te hacía sentir muy bien. Salías y compartías con personas que te hacían sonreír y, por tanto, no estabas solo/a. ¿Por qué vas a estarlo ahora?
Ánimo a todos y todas las que paséis por situaciones de este tipo, son complicadas y deshacerse de ellas aun más, pero se puede y esa determinación va a marcar vuestra felicidad.
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