Liberándonos del Síndrome Post-Vacacional

Y cómo si de un sueño se hubiese tratado, llegó de nuevo el temido mes de septiembre…

 

Atrás dejamos unos meses de julio y agosto plagados de idas y venidas, de sombrilla coche y nevera, de bikinis mojados y cervezas frías a la orilla del mar. Debemos olvidarnos del olor a salitre para volver a cogerle ese gusto especial al olor del deseado y necesitado café a las siete de la mañana. A pesar de que las sábanas siguen pegándose porque el calor no se ha ido con el mes de agosto, debemos despegarlas más temprano de lo deseado para llegar al puesto de trabajo.

 

Estas y muchas otras razones son las que abocan a más del 60% de la población española a un síndrome post-vacacional que, en la mayoría de los casos, se alarga más de lo esperado.

Síndrome Post-Vacacional: La vuelta a la rutina

Se conoce como Síndrome Post-vacacional a todo el conjunto de síntomas, entre los que se encuentran: la ansiedad, cambios radicales de humor, malestar general y la sensación de depresión que aparecen tras la vuelta al trabajo después de las vacaciones estivales. Se da, sobretodo, en aquellas personas a las que su trabajo no les hace felices o no se sienten realizados, pero puede aparecer en cualquier otra persona: mujeres, hombres, adolescentes e incluso, niños.

 

Cuando se dice que las cosas buenas pasan volando y las no tan buenas duran una eternidad, parece que no va desencaminado a la realidad que, en estos momentos, millones de personas se deben estar planteando.

 

Pero hoy vamos a darle la vuelta a la tortilla de la temida vuelta al cole. Como todo en la vida, las connotaciones que ello va a tener dependerán del color de las gafas que te pongas para verlo.

 

¿No prefieres unas de color de rosa?

 

En primer lugar, hemos de valorar que el ansiado mes vacacional tiene el valor que tiene para nosotros, precisamente porque es especial, porque es tan sólo un mes de doce. Es valioso y es deseado porque es el regalo a todo un año de esfuerzos, de retos personales, de superación, de trabajo y de entrega y ello le confiere un “nosequé” único que nos hace valorarlo más. Por tanto, podemos asegurar que si sólo trabajásemos un mes y descansáramos once, ni sería tan ansiado, ni tan valioso, ni tan especial. Incluso aunque tuviésemos el dinero necesario para gastar. Cuando las cosas se tienen de manera permanente pierden el valor que se les otorga cuando son puntuales.

 

En segundo lugar podemos verlo de la manera contraria, por desgracia, actualmente existen gran cantidad de personas que se encuentran en situación de desempleo y es precisamente cuando llega el verano y las vacaciones de los trabajadores habituales cuando ellos tienen su oportunidad. Un período de dos o tres meses en los que ven realizado su sueño de tener un empleo y un sueldo. Para estas personas, el síndrome post-vacacional viene dado por la vuelta a la rutina de aquellos que dejaron el puesto libre para ellos. A todas las personas que se encuentren en esta situación, ánimo y a intentar cambiar vuestra realidad en este nuevo curso que comienza, es vuestro momento de encontrar aquello por lo que merezca la pena madrugar y sonreír día a día.

 

Para aquellos que vuelvan a la rutina que es el trabajo, las tareas del hogar, el desempleo, el colegio, el instituto o la universidad, la búsqueda del embarazo, los tratamientos de infertilidad, las visitas médicas y los horarios estipulados. Este es vuestro momento para hacer que merezca la pena, es vuestro momento para girar la tortilla y que cada uno de vuestros esfuerzos os lleve más cerca de vuestras metas. Ahora es el momento, ahora con el recuerdo de la brisa del mar, con la piel bronceada y las pilas cargadas.

Consejos para superar el Síndrome Post-Vacacional

  1. No dejes para última hora la vuelta completa a la rutina: es importante que hagas una vuelta progresiva. Regresa a casa tres o cuatro días antes de la reincorporación a tus obligaciones para poder ir  habituando tu mente y tu cuerpo.
  2. El deporte es un gran aliado: la práctica deportiva disminuye los niveles de cortisol y, por tanto, el estrés. Además libera endorfinas que, junto con hormonas como: dopamina, adrenalina y serotonina, nos provocan la sensación de bienestar y felicidad.
  3. Enriquece tu tiempo libre: a lo largo de una semana disponemos de muchos momentos de tiempo libre que, en muchos casos, no aprovechamos. Organízate, hay tiempo para todo. Aprovecha estos momentos para hacer cosas que te gusten.
  4. Planifica el trabajo: en multitud de ocasiones la vuelta al trabajo es indicativo también de que habrá más estrés del habitual, habrá trabajo retrasado, papeles amontonados, citas acumuladas, etc. Empieza a planificarte las jornadas antes de que lleguen. Una buena organización del tiempo y los recursos permite aprovecharlos mejor.
  5. Pensamiento optimista: una mentalidad positiva siempre es una buena compañera. Analiza y valora todo lo que tienes en tu día a día y todo lo bueno que puedes obtener de ello. Disfruta de la rutina, también tiene sus placeres y privilegios.

 

Ahora tan sólo quedan 334 días para volver a recoger tu merecido regalo en forma de descanso y placer. ¡Vamos a por ello!

 

Psicóloga en Valencia

 

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Nº de Colegiada CV-13970