Propósito: ser mamá

Tenemos el placer de compartir con todos vosotros un nuevo testimonio que nos llega desde lo más profundo del corazón de alguien muy especial.

 

Paula A. desea ser madre desde, incluso, antes de tener conciencia de ello. Es de esas personas que nace con una serie de propósitos fundamentales en la vida y, desde siempre, uno de ellos ha sido el deseo de ser madre. 

 

Con el paso del tiempo y habiendo llegado ya a la edad adulta y propicia para ser madre, el anhelo de la maternidad se va acrecentando. Como ella bien dice, este mismo año sería madre pero, ahora, solo necesita mejorar un poco su situación laboral. Algo que también está muy a la orden del día. 

 

Por desgracia, la situación laboral y económica que se vive actualmente en España, está siendo una gran traba en los deseos de formar o ampliar una familia. 

 

Paula, gracias por tu colaboración con esta sección, gracias por seguirnos y suerte en tu camino hacia la maternidad. Estamos seguros que pronto todos tus sueños serán realidad.

Ser mamá: esperando el sueño de mi vida

Cuando alguien me preguntaba siendo solo una niña qué me gustaría ser de mayor, siempre contestaba lo mismo: profe, cantante, bailarina… y mamá. Mil noches he despertado teniendo la sensación de que ya tenía a mi bebé en brazos, pero solo había sido un sueño; otros cientos creí estar amamantando a mi pequeñín, pero una vez más, solo estaba dormida.

 

Me defino como una persona con poca experiencia, sensible y apasionada, que cree en el misticismo de que todo el mundo está aquí para cumplir uno o varios objetivos, y sé que el mío, entre otros, es ser madre.

 

Muchas veces pienso cómo será tener su cuerpecito entre tus manos, acariciar su piel que ha sido la tuya durante tantos meses, respirar el olor a vida que desprenden o verle sonreír al escuchar tu voz y no puedo evitar emocionarme con ello. Solo tengo veintitantos y muchas personas tienen un gran interés en que las chicas no nos “atemos” tan jóvenes, que disfrutemos la vida, que se nos acaba lo bueno (¿qué puede ser más bueno que tener un hijo?) y supongo que sus razones tendrán, aunque yo no las comparta ni comprenda.

 

Sinceramente, aunque en mi cabeza retumbe todo aquello de que “no sea tonta”, que espere el momento adecuado (¿cuándo es el momento adecuado?), que todavía es pronto… cada mes, cada ciclo, no puedo contener la sonrisa pensando que tal vez ese sea el mes, el ciclo en que tu vida cambiará para siempre otorgándote el regalo más grande.

 

Me gusta fantasear con la idea de ser madre. Me encanta imaginar cómo me encontraré, cómo estará y actuará mi pareja (¿me consentirá todo lo que deseo que me consienta?), cómo será el bebé, qué sentirá mi familia (¿se les caerá la baba a todos con mi retoño?). Siempre me doy respuestas positivas a todo ello, yo me sentiré fenomenal, mi pareja será un apoyo incondicional, nuestro bebé será pura ternura y, todo lo demás, ¿qué importa? Creo que no existe mayor acto de amor (amor del de verdad, del bueno) que el hecho de crear vida e inocencia, protegerla, cuidarla y regalársela al mundo. Sé que será en ese instante, cuando sienta o le vea la carita a mi bebé, en el que me sentiré completa, en el más absoluto sentido de la palabra completa.

 

Sería muy feliz siendo mamá este mismo año, pero claro, en la situación en la que me encuentro… ¡no es el momento adecuado! O eso resuena dentro de mi cabeza, semana tras semana, día tras día. Al menos hasta que llegue mi momento, de vez en cuando en el mundo onírico, Morfeo sigue cumpliendo mi sueño.

 

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Nº de Colegiada CV-13970