Colecho: defensores y detractores

El colecho o cama familiar es una práctica que, a pesar de que resulta habitual en muchas partes del mundo, con el paso del tiempo está extendiéndose más, en nuestro país, en España, entre los papás y mamás del siglo XXI.

 

Se trata de una práctica en la que el bebé o el niño pequeño duerme con uno de los progenitores y/o con los dos progenitores en la misma cama, en camas contiguas o con la cuna unida a la cama.

 

La decisión de practicar o no el colecho es, a pesar de los múltiples beneficios que se defiende que tiene, un tema controvertido del cuál hoy vamos a hablar.

COLECHO SÍ vs COLECHO NO

Las personas que están en contra de la práctica del colecho con los hijos defienden su postura con cantidad de argumentos que apoyan su visión del tema, argumentos entre los que se encuentran:

  • Peligrosidad del método para la seguridad del bebé argumentando que los padres pueden lastimarlo mientras duermen.

  • El niño se mal acostumbra a estar siempre con los padres y luego no va a querer estar solo.

  • Dificulta y empeora la relación de pareja, la intimidad y el sexo.

  • Es un problema si el padre tiene que trabajar porque no puede descansar lo suficiente y lo mismo pasa cuando la mamá se reincorpora al trabajo.

  • El niño ni duerme ni descansa igual, puede acarrearle problemas de sueño y despertares continuos durante la noche

     

Por otro lado, aparecen los papás, mamás y profesionales que apoyan con sus argumentos la práctica del colecho, éstos argumentos son, entre otros:

  • Es una forma de compartir más tiempo con el niño, más si cabe en el caso en el que ambos padres son trabajadores y no disponen de demasiado tiempo para disfrutar con el pequeño.
  • Lo natural cuando nace un niño es prestarle toda la atención que reclama, ya que, somos su único salvavidas. Si llora es por algo, si se queja es por algo, si se calma en brazos es por algo. Somos su único conocimiento del mundo y la única forma de transmitirle tranquilidad es estar disponibles, de día y de noche.
  • Es más cómodo tenerlo cerca de la cama porque nos facilita la noche: no hay que levantarse para darle la comida, si llora, si hace algún sonido extraño o, si somos nosotros mismos los que nos sentimos inseguros de que esté bien.
  • Según algunos estudios, los niños que duermen con sus padres, en un futuro, sufren de menos problemas mentales.
  • Lo que necesita un bebé son horas de atención por parte de su padre y su madre y dentro de esas horas, entran las nocturnas. Nos encargamos de sustituir la atención por millones de cosas materiales que sólo maquillan las verdaderas carencias emocionales.

¿Es perjudicial practicar el colecho?

En lo absoluto. Nunca me han gustado los extremos, no estoy de acuerdo con aquellos que critican el colecho fervientemente porque creo que para cada crítica existe un argumento coherente que puede inclinar la balanza hacia el sí. Tampoco me gusta decir que el sí al colecho es radical porque existen ciertos puntos que pueden verse afectados, pero siempre en la medida de lo racional.

 

Soy partidaria del colecho, creo más en sus beneficios que en sus perjuicios, sobretodo, creo que si algún perjuicio existe es más a la comodidad de los padres que al niño y, no nos olvidemos, que cuando decidimos tener un hijo debemos también querer darle lo más beneficioso para él.

 

Más bien soy de las que defiende que cada pareja, cada familia, tiene su historia y sus circunstancias y cada quién sabe por qué o para qué decide una u otra cosa y eso está bien.

 

Ahora voy a deciros, bajo mi punto de vista y mi conocimiento como psicóloga en maternidad, los verdaderos beneficios que considero aporta el colecho, teniendo en cuenta, sobretodo, las necesidades del bebé que, recordemos, es el ser más vulnerable y dependiente en esta ecuación.

  1. ALIADO EN LACTANCIA MATERNA: si le das el pecho a tu bebé será una práctica muy beneficiosa para ambos. El pequeño tendrá a mano su alimento y tú no deberás hacer esfuerzo alguno para ofrecérselo. Ambos estaréis más tranquilos, dormiréis y descansaréis mucho mejor.
  2. REFUERZO DEL APEGO SEGURO: el colecho favorece las vinculaciones positivas con los progenitores y refuerza el apego seguro con la madre que, es en general, la figura de apego principal. El bebé se sentirá seguro y protegido por la noche, teniendo a mano su fuente de protección, sintiéndose acompañado y descansando así mejor. La madre, por su parte, también descansará más al sentir que así lo protege de primera mano.
  3. NO AL “SE MAL ACOSTUMBRA”: Un bebé no se mal acostumbra al cariño, lo necesita. Un bebé no se mal acostumbra a estar en los brazos de su madre, es lo único que conoce en el mundo hasta el momento. Un bebé no llora para hacerte rabiar o porque “tiene mucho morro”, llora porque es su único modo de decirte que necesita algo. Un bebé no quiere estar en la cuna pero, no por malcriado sino porque tan sólo necesita la presencia de sus padres para encontrarse protegido. Un bebé no aprende a hablar, se le enseña a hablar, se le estimula, se le ayuda a desarrollarse. Por tanto, preferiría decir que un niño se bien acostumbra a la atención, al cariño y a la disponibilidad de su mamá y su papá.
  4. LLORAR EN EXCESO ES TÓXICO: hubo una época en la que se defendió que dejar a los niños llorar era bueno porque así aprendían, se cansaban y al final, se dormían. El llanto del niño tiene una función y es la de reclamar la atención de la figura de protección porque existe algo que necesita, que le duele, tiene miedo, sed o hambre. El llanto no es un capricho cuando se es sólo un bebé, por tanto, hemos de atenderlo cuanto antes. Con los años y la investigación se ha descubierto que el llanto mantenido y prolongado provoca en el cerebro del bebé la liberación de cortisol en exceso, lo cual desencadena una respuesta de estrés que es perjudicial para el desarrollo neuronal y cerebral. A largo plazo, los niños que han sufrido mucho estrés en la infancia tienen más problemas psicológicos. Además, la cantidad de aire tragado durante el llanto puede ocasionarles problemas digestivos y la frecuencia cardíaca y presión sanguínea aumentan provocando un desgaste físico y mental que puede dejarlos sin fuerzas para realizar otras funciones necesarias para ellos, en estos momentos. Por tanto, si un bebé comienza a llorar y su mamá está a, tan sólo, unos centímetros de él, será fácil y cómodo consolarlo.

7 consejos para un colecho seguro

  1. El bebé debe dormir en una superficie firme, limpia, un espacio sin humo, sin almohadas ni peluches que puedan dificultar su respiración.
  2. Nunca pongas a dormir al pequeño boca abajo, debe dormir sobre su espalda.
  3. Evitar espacios en la superficie en la que duerme el bebé, es decir, si duerme en la cama es importante que la cama esté pegada a la pared o tenga algún tope firme por donde el bebé no sufra peligro de caer, si duerme en una cuna de colecho, asegurarse de que no quedan aberturas peligrosas.
  4. El bebé debe dormir del lado de la madre. No es aconsejable, al menos no durante los primeros meses, que duerma al lado del padre ya que éste no tiene el instinto tan desarrollado como la madre, no es tan sensible a la presencia del pequeño y podría ser peligroso para él.
  5. Ambos padres deben estar de acuerdo y comprometidos con la situación de colecho y la responsabilidad hacia el cuidado del bebé durante las noches.
  6. Evitar abrigar demasiado al bebé o tener la habitación excesivamente caliente. Si tú tienes calor, él también.
  7. Los bebés no deben dormir en un sillón o un sofá y, mucho menos, en el regazo de uno de sus padres si ellos también van a dormir.

 

Olaya Martínez

Psicóloga en Valencia

 

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Nº de Colegiada CV-13970