Cuando nos encontramos frente a un tratamiento de reproducción asistida son múltiples los miedos y las dudas que van a surgirnos, ya que, se trata de un proceso totalmente desconocido por todos hasta que nos toca vivirlo en primera persona.
En cantidad de ocasiones, estos miedos se ven potenciados por la sabiduría de las voces populares que, en muchos casos, sin saber demasiado bien de qué se trata el tema y, por descontado, sin haberlo vivido, hacen de expertos “opinólogos” que todo lo conocen, con lo que sin duda, aumentan nuestra desconfianza y miedo hacia el proceso. Sin ser consejos u opiniones a mala fe, estas personas no saben del flaco favor que hacen a quiénes tienen que pasar por un tratamiento de reproducción asistida.
Hoy, hablaremos de un tema que causa interés entre quiénes pasan por un tratamiento de estas características. ¿Qué embriones son de mejor calidad? ¿Los congelados? ¿En fresco?
Calidad de los embriones
Es bastante frecuente que cuando una pareja, o bien, una mujer sola, pasan por un proceso de reproducción asistida, se consigan fecundar más embriones de los que serán transferidos en un ciclo. Llegados a este punto, ¿qué hacemos con los embriones restantes? Para poderlos conservar en condiciones óptimas, pasarán por un proceso de criopreservación.
La criopreservación de los embriones es un procedimiento mediante el cual se conservan los embriones, en perfectas condiciones, para su posterior utilización exponiéndolos a muy bajas temperaturas durante tiempo indefinido.
Este proceso nos permite poder acceder a la utilización de dichos embriones en el momento en el que sea necesario sin que éstos hallan perdido su integridad y su funcionalidad.
Existen dos modos de criopreservar nuestros embriones:
Congelación: como dice la palabra es un proceso en el que los embriones son preservados a temperaturas muy bajas pero, el proceso es más lento que el expuesto seguidamente, la vitrificación.
Vitrificación: a diferencia de la congelación en si, este es un proceso de congelación ultrarrápido que evita que se formen cristales en el interior del embrión (como podría suceder en otras técnicas de congelación) y éste resulte dañado.
De entre las dos técnicas, es la vitrificación de embriones la que mejores resultados arroja en el tiempo. Se ha demostrado que los embriones se conservan con mejor calidad que los congelados y las tasas de implantación tras su desvitrificación alcanzan hasta un 50% frente a la media del 33% de implantación que encontramos en los embriones congelados.
Lo fundamental para asegurar la supervivencia de nuestros embriones es que éstos, antes de ser vitrificados o congelados, sean de buena calidad, con buen potencial de supervivencia e implantación. No puede ser vitrificado cualquier embrión.
Las técnicas de congelación son delicadas y complejas, los embriones son sometidos a niveles considerables de estrés. Es por ello, que la criopreservación ha de realizarse mediante un protocolo perfectamente estructurado y cuidado para reducir al máximo el daño a los embriones.
Las tasas de supervivencia de un embrión tras su descongelación rozan el 100%. Más aun si éstos fueron criopreservados habiendo llegado a Blastocito.
¿Embriones en fresco o congelados?
Esta es la gran pregunta que nos arrojan la mayoría de parejas que se encuentran en un proceso de reproducción asistida. ¿Qué embriones son mejores, los congelados o los frescos?
Si bien es cierto que existe una pequeña cantidad de embriones que no superan el proceso de criopreservación, las tasas de supervivencia son muy elevadas cuando dicho embrión es de buena calidad.
En las clínicas de reproducción asistida se ha comprobado que no existen diferencias entre la implantación de embriones en fresco o embriones congelados. Ni mucho menos en la calidad del embarazo o la salud posterior del bebé. Cuando un embrión es viable, se implanta y el embarazo llega a término, nuestro niño o nuestra niña va a tener las mismas características físicas y de salud que si el embarazo hubiese ocurrido de forma espontánea.
Con respecto al tiempo que pueden estar vitrificados o congelados, no existen demasiados datos porque son técnicas relativamente nuevas pero, en principio, la viabilidad de estos embriones no desciende con el tiempo de congelación.
El proceso de criopreservación os permite sacar el máximo potencial a un ciclo de reproducción asistida, aumentando el número de transferencias de embriones (en el caso de que hayan fecundado muchos) y, con ello, las probabilidades de éxito y consecución del embarazo.
¡ÁNIMO FAMILIAS… VUESTRO BEBÉ ESTÁ CADA DÍA MÁS CERCA!
Olaya Martínez
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