El 10 de diciembre de 1948 nace el documento más completo y universal que detalla los Derechos Generales de los que deberíamos gozar cualquier ser humano.
La redacción de la Declaración Universal de los Derechos humanos fue realizada por representantes de todos los países del mundo y se tuvieron en cuenta cada una de las tradiciones jurídicas.
Este documento, presentado por la Asamblea de las Naciones Unidas, sigue en continuo análisis y re-edición, adaptándose a las necesidades que pueden ir surgiendo con el cambio de las sociedades.
Está compuesto por treinta derechos fundamentales que resultan básicos para una sociedad considerada democrática.
Declaración Universal de los Derechos Humanos
Desde Olaya Psicología, felices de poder celebrar un día en el que se ensalzan e intentan proteger los derechos que TODOS deberíamos tener por igual, ahora, debemos seguir trabajando porque poco a poco esto sea un claro reflejo en todas las sociedades.
Este texto detalla el modelo de ideal común que deberíamos compartir y tener todos los pueblos y naciones del mundo, por desgracia, en multitud de ocasiones este hecho no se da.
Destacamos lo que citan los dos primeros de los treinta artículos del texto del cuál el libro Guiness de los Récords asegura se trata del documento más traducido del mundo. Estos dos artículos que destacamos definen a la perfección y reconocen la dignidad humana, el valor de una persona y la igualdad de derechos.
ARTÍCULO 1: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
ARTÍCULO 2: Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.
Olaya Martínez
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