Infertilidad y Pareja

Cuando una pareja recibe un diagnóstico de infertilidad, sin duda, se enfrenta a un gran reto que pondrá de relieve la fuerza, el compromiso, la unión y el valor de dicha pareja.

 

Ante los imprevistos que podemos encontrar en el camino de la vida es cuando verdaderamente una pareja demuestra que funciona como es debido o que, por el contrario, no tiene un proyecto común que prevalezca y se mantenga unido en las buenas y en las no tan buenas.

 

En terapia de pareja, cuando nos enfrentamos a casos de este estilo siempre intentamos que ambos miembros de dicha pareja aprendan a comunicarse abierta y sinceramente, así como, trabajamos sobre los ritmos de cada uno, que en la mayoría de ocasiones son muy diferentes y hemos de aprender a comprender y respetar.

La pareja: un proyecto de vida en común

Si hay algo que me parece fundamental, y cada día que pasa más, para el correcto funcionamiento y entendimiento de una pareja, es el contar con un proyecto de vida en común.

 

Y, ¿qué significa exactamente tener un proyecto de vida común? Pues, a veces, no es tan fácil como puede parecer. Un proyecto de vida en común es tener unas ambiciones y expectativas en la vida que sean similares para los dos miembros de la pareja. Es fundamental compartir el deseo de ciertos puntos clave: residencia, trabajo, significado y nivel de compromiso en pareja e hijos.

 

Una pareja en la que uno de los dos miembros quiera hijos y el otro no, antes o después, está condenada al romperse. Una pareja en la que uno de los miembros desea vivir en una ciudad y el otro, por el motivo  que sea, en otra ciudad, está condenada antes o después a separarse.

 

No se trata de que las dos personas que conforman la pareja tengan que ser idénticas ni compartir el 100% de hobbies o actividades pero si, de unos mínimos que deben establecerse desde el principio para evitar malos entendidos o que alguno de ellos se sienta, a la larga, frustrado o engañado.

Pareja e Infertilidad

Uno de los grandes proyectos en común que puede compartir una pareja es el de formar una familia con hijos y es, precisamente este, el punto interesante a tratar hoy.

 

Cuando esta búsqueda se ve truncada por los intentos fallidos y las “beta negativas” y, finalmente, por un diagnóstico de infertilidad, se convierte en un gran reto para la unión de esta pareja.

 

En primer lugar, ambos deben enfrentarse a sus respectivos duelos personales para aceptar que no podrán concebir un hijo al modo tradicional. Seguidamente, será importante que ambos lleguen a determinaciones en las que se sientan cómodos y satisfechos y, para ello, será fundamental una buena capacidad comunicativa en las que los dos sean capaces de comprenderse y negociar hasta llegar a un equilibrio (pasar o no por un proceso de Reproducción Asistida, recurrir a asistencia privada o pública, por cuántos intentos pasar, decidir vivir sin hijos, etc).

 

Hemos de tener en cuenta que cada caso es totalmente diferente y que, el mayor reto para la pareja llega cuando es uno de los dos (y no ambos) el que presenta el problema para concebir de forma natural. Generalmente, la persona que tiene algún problema se siente muy culpable y suele cargar con el peso de la responsabilidad de no poder cumplir el sueño de la pareja.

 

Nunca olvidemos que el problema no es de UNO, sea cual sea este problema, es de DOS. Y, como tal, se ha de hacer frente. Unidos siempre, demostrando una vez más que nuestro proyecto funciona y que existen miles de recursos y posibilidades para hacer frente a las piedras del camino.

Pareja e Infertilidad: La importancia de respetar los ritmos

Sea cual sea el problema, tendemos a pensar que si yo me siento de una determinada manera o si yo estoy preparado para algo en concreto, nuestra pareja también lo está. Seamos conscientes, es importante conocer nuestros ritmos y ponerle consciencia a nuestras emociones, sentimientos y determinaciones pero, cuando las decisiones atañen a dos personas, hemos de aprender a escuchar y respetar el ritmo de aquel a quien tenemos al lado y éste, no suele ser idéntico al nuestro.

 

Ante una misma noticia, alguien puede reaccionar y ponerse en marcha casi de inmediato mientras, otra persona, puede necesitar unas horas, días o incluso, meses. No hay respuesta mejor que otra, hay diferentes ritmos y, tanto el más rápido como el más lento, son buenos. Sencillamente porque es lo que la persona necesita para poder dar un paso más.

 

Ante el diagnóstico de infertilidad, el proceso de reproducción asistida, la noticia de un aborto o la decisión de no tener hijos, cada persona necesita un tiempo de elaboración, interiorización y aceptación. Respetémoslo.

 

Y, sobretodo, intentar manteneos unidos en este camino que iniciasteis juntos. Antes del deseo de ser padres existían muchas otras cosas que os unieron, por las que permanecisteis juntos y que os hacían felices. No las deis de lado, no os olvidéis de ellas. También forman parte de vosotros, de vuestra unión y de lo que significa para vosotros el término PAREJA.

 

 

“Por muy rápido que quiera ir alguien, si de verdad no está preparado para ello, no avanzará. Respetemos la música de cada uno.”

 

Olaya Martínez

Psicóloga en Valencia

 

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Nº de Colegiada CV-13970