Día mundial contra el cáncer

Hoy, 4 de febrero se celebra el día mundial contra el cáncer, sin duda, la gran epidemia del siglo XXI.

 

Fue en el año 2000 cuando, desde la Organización de las Naciones Unidas, se decidió optar por esta fecha como una buena oportunidad de tomar consciencia de la importancia y extensión de esta enfermedad y de cuan primordial resulta la prevención y la detección temprana de esta enfermedad.

 

Desde Olaya Psicología Valencia, os animamos a que no dejéis de lado los chequeos rutinarios pero, sobre todo, que seamos constantes en nuestro cuidado diario y optemos por un modo de vida saludable: alimentación equilibrada, buenas relaciones sociales y práctica deportiva habitual.

Datos sobre el cáncer según la ONU

La Organización de las Naciones Unidas propone un lema para este año 2017: “Nosotros podemos. Yo puedo”.

Un lema que incluye tanto a tener en cuenta, pensemos, por ejemplo:

 

  •  Nosotros podemos ofrecer unos servicios sanitarios de calidad
  • Yo puedo acudir a mis controles rutinarios de salud
  • Nosotros podemos atender, con igualdad, a cualquier ser humano que lo necesite. Todos tenemos derecho de gozar de una saludable calidad de vida
  • Yo puedo respetarme y respetar a todos por igual
  • Nosotros podemos luchar porque la investigación para erradicar esta enfermedad sea continuada

Son solo 4 ejemplos de los cientos que podría enumerar.

 

El 4 de febrero no debe ser sólo un día al que le hemos puesto nombre y apellidos. El día Mundial contra el cáncer debería verdaderamente servirnos de oportunidad para la reflexión y pensar en qué maneras podemos comprometernos y actuar en contra de una enfermedad que, cada día, se extiende más en el mundo.

 

Evitar la exposición a factores predisponentes es primordial. Uno de los cánceres más comunes actualmente es el de pulmón, en la mayoría de casos, derivado de la alta exposición al humo del tabaco. El mal hábito de fumar es uno de los factores de riesgo más importantes. Recordemos, prevención mejor que curación.

En 2012 los datos que ofrecía la ONU afirmaban que se habían registrado más de 8 millones de nuevos casos de cáncer en el mundo pero, por desgracia y si las previsiones se confirman, en veinte años las cifras podría superar los 22 millones de casos nuevos.

 

Los cánceres más extendidos dependiendo de si uno es hombre o mujer son diferentes pero, existen una serie de condicionantes de riesgo que resultan vitales tanto en un sexo como en otro: alto índice de masa corporal, consumo de alcohol y tabaco de forma regular, baja ingesta de verduras y frutas y sedentarismo.

Cáncer e Infertilidad

Como psicóloga especialista en infertilidad he vivido multitud de casos de personas con problemas de fertilidad tras su paso por un tratamiento contra el cáncer. La quimioterapia puede causar fallo ovárico en el caso de las mujeres y baja o nula producción de espermatozoides en los hombres.

 

Afortunadamente y gracias a los avances científicos, hoy en día, se cuenta desde la sanidad con diferentes opciones que permiten preservar la fertilidad de aquellas personas que deben recurrir a la quimioterapia para superar el cáncer. Recomendamos informarse y llevar a cabo la prevención antes de comenzar el tratamiento (siempre y cuando sea posible).

 

En el caso de los hombres existen diversas opciones entre las que se encuentra el banco de semen (la más utilizada y segura). Se congelan y almacenan diversos tubos de semen para su posterior utilización. Además, existen otras técnicas como: electro-eyaculación, impregnación natural (dejando pasar un período de tiempo determinado tras el tratamiento contra el cáncer), protección contra la radiación, etc.

 

En el caso de las mujeres, destacamos dos opciones:

  • Criopreservación  de ovocitos: extracción de ovocitos y su posterior vitrificación (congelación) para conservarlos y poder fecundarlos y transferirlos en el momento en que la mujer desee ser madre.
  • Congelación de tejido ovárico: se extirpa parte de un ovario, o el ovario completo mediante la técnica conocida como laparoscopia y se congelan fragmentos que contienen óvulos inmaduros. Cuando la mujer está preparada para ser madre, este tejido es reimplantado para que vuelva a producir óvulos y poder gestar. Es una técnica bastante nueva pero ya han nacido niños sanos gracias a ella. Lo más destacado de esta práctica es que no es necesario que la mujer haya pasado la menarquía, es posible realizarlo en niñas y multiplicar sus posibilidades de ser madre en un futuro. 

 

Olaya Martínez

Psicóloga especialista en Infertilidad

 

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Nº de Colegiada CV-13970