Tratamientos de Reproducción Asistida: ¿Hasta cuándo?

Existen multitud de parejas que, tras el diagnóstico de infertilidad, deciden embarcarse en la aventura de los tratamientos de Reproducción Asistida para intentar lograr su sueño de ser padres.

 

En un primer momento, casi el total de las parejas que comienzan dichos tratamientos tienen altas expectativas de éxito con el primer intento. Desde luego, que cuando uno decide comenzar debe poner toda su energía en que cada intento sea una verdadera oportunidad de conseguir el deseado embarazo.

 

Efectivamente, es posible que este éxito se dé desde el comienzo, sin embargo y por desgracia, no es lo más habitual. Se debe tener en cuenta que para que este cambio ocurra, la persona ha de hacer otros cambios más profundos que acompañen y guíen la situación hacia dónde queremos tenerla y estos cambios requieren de tiempo, paciencia y comprensión.

 

Ahora la pregunta es: ¿Hasta cuándo seguir con los tratamientos?

El éxito y el fracaso en Reproducción Asistida

Cuando una pareja no logra conseguir el embarazo de modo natural, es evidente, que existe algo que bloquea esta capacidad que creemos “innata” en los seres humanos. Este bloqueo puede venir manifestado a modo de consecuencias físicas que impidan la gestación (obstrucción en las trompas de Falopio, baja calidad o cantidad espermática, endometriosis, anovulación, Síndrome de Ovario Poliquístico y un largo etcétera), o incluso, sin mostrar ninguna causa física aparente (lo que llamamos infertilidad de origen desconocido).

 

Tanto en uno como en otro caso, el verdadero bloqueo viene directo de nuestra mente. Las emociones juegan un papel fundamental en todos los momentos de nuestra vida y en todos los ámbitos, en este caso, no podía ser de otro modo. Con esto quiero decir que, incluso un trastorno en la fisiología del hombre o de la mujer que impida la consecución del embarazo, viene derivado de un problema emocional que resulta hasta este momento desconocido.

 

Existen ocasiones en las que, de manera inconsciente, estos problemas emocionales remiten y tras un tratamiento de reproducción asistida o incluso sin él, la pareja consigue la gestación. Así como, en muchas otras ocasiones, las parejas comienzan los tratamientos de Reproducción Asistida (con todo lo que ello conlleva a todos los niveles) y se embarcan en un baile de visitas médicas, exploraciones, análisis, pinchazos, hormonas, inseminaciones y fecundaciones in vitro del que no se sabe demasiado bien cuando es conveniente salir.

 

Dicho todo esto, destaco el importante papel de la Psicología en Reproducción Asistida durante cada tratamiento. No sólo como forma de sostener a la pareja, contenerla y apoyarla en cada nuevo paso, sino también, como guía emocional que sirva de interruptor que encienda la luz para descubrir, comprender, elaborar y asimilar de dónde puede estar derivando el bloqueo que inhibe la capacidad reproductiva.

 

Es un trabajo duro, continuo y de necesaria toma de consciencia lo que, en multitud de ocasiones, crea resistencias y rechazos en los propios pacientes. Pero, es un camino que nos ayuda a conocernos mejor y a arrojarle esperanza al gran sueño de ser padres.

Reproducción Asistida: ¿Cuándo parar?

Cuando uno comienza con el camino de los tratamientos de Reproducción Asistida, los intentos pueden ir acumulándose y con ellos el estrés, la ansiedad, el agotamiento, la frustración y la pérdida de esperanzas. Llegados a este punto, es necesario saber cuándo parar. Al menos, pararse y analizar en qué punto estamos, cómo nos encontramos y por qué seguimos sin ver resultados positivos. Sin duda, si ya son varios los intentos fallidos, hay algo que debemos cambiar antes de continuar.

 

En la actualidad, se estima que un 10% de las parejas que acuden a tratamientos de infertilidad no consiguen el embarazo. A pesar de que con cada intento las probabilidades de éxito aumentan, hay parejas que después de haber pasado por cantidad de ciclos siguen sin obtener un resultado positivo.

 

Llega el momento de tomar decisiones. El desgaste físico y emocional que deriva de los procesos de Reproducción Asistida es elevado y puede poner en riesgo la salud de ambos miembros de la pareja, e incluso, la propia relación sentimental.

¿Cuándo parar? Consejos

  1. La comunicación: en la pareja siempre resulta fundamental, es saludable y necesaria. En casos como los que tratamos, no es menos. Comunicaros, hablar, llegar a acuerdos. ¿Qué piensa mi pareja? Saberlo y tenerlo en cuenta es importante y puede ayudarnos
  2. Fijarnos límites: es algo que deberíamos estipular desde el comienzo de nuestra andadura por la Reproducción Asistida. Intentarlo sólo por la pública, sólo por la privada, una vez, diez veces,… Cuantas veces creáis necesario y podáis sostener física, económica y emocionalmente.
  3. Realizar cambios: Si ya hemos pasado por algún que otro tratamiento y los resultados no han sido óptimos, plantearos hacer algo diferente para la próxima vez. Por ejemplo, acudir a ayuda psicológica para intentar descubrir y sanar la causa del bloqueo.

 

Olaya Martínez

Psicóloga en Valencia

 

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Nº de Colegiada CV-13970