Me considero una persona a la que no le gustan las medias tintas. Creo que ante cualquier acontecimiento, reto, decisión, problema, ilusión y/o relación, la mejor decisión es siempre darse por completo. Entregarse con todo lo que uno tiene.
Pienso, por tanto, que la única forma de poder saborear la vida de verdad es hacerlo con todo, saborearla entera, a bocados, con risas y muchas muchas dosis de pasión. Sabiendo que la vida está hecha para aquellos atrevidos valientes que saben que un abrazo puede ser la mejor solución a muchos problemas o que un te quiero repara corazones heridos. Que la felicidad no es más que lo que uno está dispuesto reconocer, conocer y valorar en sí mismo.
Que tener, al fin y al cabo, una vida al completo también es cuestión de tener una buena actitud e ir a por ella.
Felicidad: La Chispa de la Vida
Una vez leí una frase que me viene recurrentemente a la cabeza y decía algo así como que la felicidad, en realidad, ocurre de la piel hacia adentro y no de la piel hacia afuera, como siempre tendemos a creer. En definitiva, deja de buscar ahí afuera lo que sólo podrás encontrar en tu interior.
He podido conocer gente que aparentemente lo ha tenido todo y, en cambio, sin entender muy bien el por qué, no lograba ser feliz. Es fácil, estás buscando en el lugar equivocado. Estás cargando con la responsabilidad de tu felicidad a personas, situaciones y cosas que no pueden hacer nada por ti.
Busca en tu interior y hallarás la respuesta. Examínate, conócete, respétate, ámate, cuídate, poténciate y probablemente con todo ello, un día te descubras siendo sorprendentemente feliz. La felicidad nace también de tu capacidad de moverte hacia algún lado y saber hacia dónde hacerlo, depende precisamente de todo lo anterior.
¡Ponle Amor a tu Vida y ponle Vida al Amor!
Ponle una gota de amor a tu vida o ponle una jarra entera, pero no te olvides de amar. Amar todo aquello que haces, amar a todo ser con el que te relaciones (si, incluida esa persona a la que no soportas, ¡a esa persona ámala aún más), amar cada respiración, amar todo lo que te rodea, amarte a ti… en definitiva.
El amor es otra de las cosas que considero debemos alimentar para disfrutar de una vida al completo. Porque el amor forma parte de todo, el amor debería estar en todo. Así como ocurre con la felicidad, el amor debe formar también parte de ti, de tu interior, de tu día a día y de tu forma de relacionarte con el mundo.
Y es que… ¡Todos los días deberían ser el día del Amor!
¿Trabajas para Vivir o Vives para Trabajar?
“Elije un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida”, seguro que muchos de vosotros habéis escuchado, alguna vez, esta frase que nos regaló Confuncio hace algunos siglos y que sigue estando perfectamente a la orden del día.
Son muchas las horas que pasamos cada día en el trabajo, algunos de nosotros casi más allí que en nuestras propias casas, por tanto, resulta importante plantearnos si ese trabajo cumple con nuestras expectativas, cubre nuestras necesidades, así como, si mantiene cubiertas nuestras inquietudes y deseos.
El trabajo es importante, es uno de los complementos que pueden hacer de tu vida, una vida más rica y apasionante.
Aquí y ahora dime… ¿Eres feliz en tu trabajo? Recuerda la fórmula para la felicidad interior: Examínate, conócete, respétate, ámate, cuídate, poténciate. Ahora, responde y actúa en consecuencia. Si no te mueves tú, no hay nadie que pueda hacerlo por ti.
Para mí la respuesta es bastante clara, trabajo para vivir mejor que bien y mi trabajo me hace feliz porque es aquel que elijo cada uno de mía días.
Olaya Martínez
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