Llega el final de año y con él los nuevos propósitos, las nuevas metas, las nuevas ilusiones y las expectativas que cargan de responsabilidad al 2018 que aún está por llegar. Es tiempo de cambios.
Creo que todos recibimos al nuevo año con este tipo de pensamientos, sino todos, al menos la gran mayoría.
Es la época en la que decidimos apuntarnos al gimnasio, comenzar una nueva dieta o estudiar algo nuevo. El momento en el que nos planteamos qué cosas me apetece mantener y qué cosas quiero eliminar de mi vida.
Desde luego, el final de año es un fantástico momento para la reflexión, la introspección, la consciencia y el autoanálisis.
Sinceros agradecimientos a Noelia Martínez Fotografía por cedernos tan bonita imagen.
Caminando hacia el Cambio
Me gustan los finales de año porque, al igual que cada final, anuncia el inicio de algo nuevo y, con ello, la oportunidad de hacer cosas diferentes para obtener diferentes resultados. En unos pocos días despediremos el 2017 para recibir al nuevo, reluciente, bueno y bonito 2018 que seguro que llega cargado de retos interesantes para todos nosotros.
Cualquier momento es adecuado para decidir cambiar, convertirse en alguien nuevo y/o modificar ciertos aspectos de mi vida o mi día a día que no me complacen. No obstante, existen momentos que parecen más adecuados y este cambio de año es uno de ellos.
Como siempre digo, no podemos cargar de responsabilidad a otros de lo que solo tiene que ver con nosotros. Me explico, el 2018 no tiene por qué cargar con la responsabilidad de mis cambios. Él, al igual que el 2017 o el 1995, tiene abiertas todas las oportunidades que puedas imaginarte y las que no, también. El 2018 es un campo abierto de cosas que hacer, personas que conocer, trabajos que seleccionar, relaciones que comenzar, relaciones que finiquitar, momentos que compartir, momentos de soledad, viajes que realizar, etc, etc, etc. El 2018 pone todo ello a nuestro alcance.
Ahora lo importante es, ¿tengo claro los cambios que de verdad quiero en mi vida? ¿Sé qué cosas deseo cambiar? ¿sé quién quiero ser y por qué o para qué?
Yo y sólo yo soy el único y absoluto responsable de mi vida. Por tanto, sólo yo puedo y debo saber hacia qué cambios caminar.
Pasos para el Cambio
Resumiría los pasos que hay que tomar para encaminarnos hacia el cambio de forma activa y positiva en los cinco siguientes: intenciones serias en dirección al cambio, auto-análisis de deseos, fijar un objetivo realista y asumible, añadirle una buena dosis de pasión y pasar a la acción.
- Intenciones serias en dirección al cambio: cuando hablo de seriedad hablo de compromiso. Hablo de asumir una verdadera responsabilidad conmigo y el cambio que quiero realizar. Si quiero cambiar de puesto de trabajo por mi salud o, sencillamente, por sentirme mejor y más realizado, esto no es un capricho. Cojo un verdadero compromiso con el nuevo propósito, por mí y para mi bienestar. Con cada paso hacia ese propósito me reafirmo, me doy cuenta que puedo hacerlo y que cada día me acerco más a él. Recuerda que existen millones de posibilidades esperándote, escoge cuál es la que está a tu medida.
- Auto-Análisis de deseos: ya hemos puesto la intención, ahora debemos profundizar en nuestro deseo. Siguiendo con el ejemplo del cambio de trabajo, es el momento de revisar qué es lo que espero de mi nuevo puesto, cómo quiero que sean las condiciones laborales, qué tipo de trabajo quiero realizar y por qué. Es importante afinar y entender bien el porqué del cambio y para qué, sobretodo, por no caer en el error de conformarme con lo primero que venga sin tener en cuenta si de verdad cumple los requisitos que yo mismo decidí que debía cubrir. Si no sé qué es lo que quiero, difícilmente voy a conseguirlo.
- Fijar un objetivo realista y asumible: tienes toda la vida para cambiar de puestos de trabajo y toda la vida para poder acceder a un empleo mejor. Si desde el principio te marcas una meta muy desorbitada, lo más probable que suceda es que no llegues a conseguirla y aparezca el sentimiento de abandono y frustración. Siempre que nos fijemos un objetivo hemos de ponerlo un poco por encima de dónde nos encontramos ahora, es decir, algo que de verdad podamos alcanzar de forma óptima. No puedo pasar de ser cajera en un supermercado a ser la directora general, puedo conseguirlo pero, escalón a escalón. Con tiempo, constancia, paciencia, confianza en uno mismo y sus capacidades y perseverancia, todo llega.
- Pasión: emoción, compromiso, energía, ilusión, fuego. Creo que son palabras que os pueden ayudar a entender a qué me refiero. Si no le ponemos pasión a la vida, nos va a quedar muy sosa. Todo lo que hagas que sea con pasión.
- Acción: como en las superproducciones estadounidenses. Tienes todos los recursos y las capacidades para lograr todo aquello que te propongas si de verdad lo haces con la cabeza y el corazón, si de verdad confías en que ello está ahí disponible para ti y esperándote. Este mundo es abundante de recursos y oportunidades para todos pero, para todos aquellos que están dispuestos a verlas y cogerlas. ¿Te vas a quedar con las ganas de probar?
No esperes que las cosas pasen, ¡haz que las cosas pasen!
Olaya Martínez
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