¡No hay límites!

Las barreras para conseguir o no las cosas, sencillamente, se las crea uno mismo.

 

Hoy, como en otras ocasiones me ha ocurrido, pensaba en ello y en cómo a veces nos empeñamos en boicotearnos el camino y ponernos límites allá donde no deberíamos. Algo curioso, sobretodo, teniendo en cuenta que en muchas otras ocasiones no los ponemos dónde sí nos convendría hacerlo.

 

Y, la pregunta es: ¿Qué es lo que te frena a tomar una u otra decisión?

 

Probablemente la respuesta sea: el miedo. Normalmente, el miedo a las consecuencias que desconocemos, derivará de nuestras decisiones. Consecuencias que adelantamos, seguramente serán negativas.

Los límites son... TÚ

Seguro que en más de una ocasión te ha ocurrido (como me pasa a mí) que has pensado en hacer algo, o por el contrario, en no hacerlo, en tomar una u otra dirección y al final te has frenado pensando… ¡Uy no! Esto es demasiado difícil. ¡Mejor no! Esto es imposible.

 

Cuántas veces hemos apartado fantásticas ideas por continuar en nuestra “zona de confort”. Una zona que, a pesar de su nombre, no siempre resulta confortable.

 

Muchas veces decidimos seguir sosteniendo una situación de sufrimiento y malestar por el simple hecho de que ya la conocemos, e incluso, nos hemos acomodado a ella.

 

Sería interesante que nos parásemos a pensar que muchas veces lo que parece difícil, en realidad, puede convertirse en algo fácil. La clave está en ti. Todo en esta vida puede ser una cuestión de actitud. ¿Tienes una vida fácil? ¿Las cosas te salen siempre mal? ¿Consideras que la vida es injusta y dura? ¿Eres desafortunado? Al final, las respuestas a todas esas preguntas, todas esas realidades, dependen de ti.

 

Cuando alguien viene a consulta y me dice: ¡Es que la vida es muy difícil! Mi respuestas siempre es la misma: Estoy segura que la tuya si, desde luego.

 

Pero, la vida es la misma para todos. Verdaderamente, así es. A todos, sin excepción, nos pasan cosas. ¿No sería mejor responsabilizarnos de ello y tomar el toro por los cuernos? Creo que sería más interesante y desde luego más provechoso. Nadie es más responsable de tu vida que tú mismo. Nadie mejor que tú para limitarla o no.

 

Ante cualquier nuevo reto pueden existir los miedos, pero cuidado con ellos que no se conviertan en límites. Sólo existe el cambio si estás dispuesto y para ello, sí, has de enfrentarte a los miedos y, hazme caso, cuando lo hagas te darás cuenta que ni era tan difícil, ni los miedos tan grandes.

 

Difícil es la preciosa palabra que decidimos un día inventarnos para evitar intentar todo aquello que es posible.

 

Cuando comencéis con algo nuevo que os parece difícil (por el desconocimiento, inexperiencia y novedad), pensar que al inicio todo lo parece para acabar después siendo lo más obvio. Es un nuevo proceso de aprendizaje y una nueva oportunidad de crecimiento. Recordar que hubo un día en el que no sabíais caminar y lo intentasteis una y otra vez, sin cesar. Os caísteis muchas veces, pero tras todas ellas os volvisteis a levantar hasta que llegó el día en el que vuestros pasos fueron estables, firmes, perfectos, tanto como para que la caída no fuese una opción familiar. Igual que lo hicisteis entonces, podéis hacerlo ahora, con cualquier cosa que os propongáis. Prestar mucha atención al boicot y no os dejéis vencer por la desesperanza, vuelvo a insistir… también os caísteis alguna vez al comenzar a andar y no dejasteis de intentarlo hasta hacerlo a la perfección. Quizás es cuestión de moveros de forma diferente, espaciar el tiempo y los esfuerzos, programar mejor. No os presionéis, daros espacio y confiar plenamente en vuestra capacidad de conseguir todo aquello que os propongáis.

 

¿Cuándo? ¿Qué más da? Si lo importante es conseguirlo, esa debe ser vuestra meta. El tiempo da igual, nos importan los resultados.

 

Olaya Martínez Gil

Psicóloga en Valencia

 

Escribir comentario

Comentarios: 0

Formación:

 

Nº de Colegiada CV-13970