Compartir es Vivir

Hace varios días que no comparto nada con vosotros y es que, llegado a un punto importante de reflexión me planteé que no me apetecía hablar por hablar.

 

Si bien es cierto que para mantener un blog en condiciones resulta necesario ser constante e ir publicando cosas interesantes de forma constante, decidí que ya no iba a compartir nada nunca más porque debiese hacerlo, al contrario, cualquier cosa escrita en este pequeño trocito de mi nacería del verdadero deseo de hacerlo y cuando lo que tuviese que decir, mereciese la pena.

 

Ya sabéis eso que dicen de que “lo breve si es bueno, dos veces bueno”. Pues ahora prefiero la calidad a la cantidad, prefiero poco bueno que mucho regular, prefiero lo mejor a lo hecho a medias y por compromiso.

Por ti, pero sobretodo... por mí

Si compartir es vivir yo quiero vivir con las mejores calidades, en ese caso, sólo debo compartir con vosotros cosas que me resulten de calidad. Así funciona la coherencia y el vivir conscientemente. Estar en una continua lluvia de preguntas y con un diálogo interno que nos lleve a ser cada día, un poco más grandes.

 

Quiero compartir alegrías, quiero compartir aprendizajes, quiero compartir reflexiones y todo aquello que me ayuda a crecer diariamente. Porque quizás, algún día, en ese compartir… haya algo que también forme parte de ti y active cosas que todavía nunca te habías planteado. Alomejor, de repente, te descubres aprendiendo algo nuevo o, simplemente, sonriendo por una pequeña anécdota. ¿Por qué no?

 

Si todos formamos parte del mismo mundo, si todos estamos de alguna forma conectados, estoy convencida que todo aquello que me sirve y alimenta a mi, puede también aportaros cosas buenas a vosotros.

Practica la Serenidad

Y dicho esto, me gustaría empezar por compartiros esta sensación… serenidad.

 

¿Os habéis fijado la sensación de paz y el bienestar que produce observar el mar cuando está en calma?  Particularmente yo podría estar horas mirando sin más. Es una sensación verdaderamente placentera.

 

Pues así mismo resulta alguien que vive sereno, en calma. Es esa gente a la que te apetece acercarte, esa gente que te recarga pilas y te produce tanto bienestar que desearías estar constantemente a su lado.

 

Hoy me gustaría invitaros a practicar la serenidad, la calma, la paz. Resultarás un imán para el resto de personas del mundo y, no sólo eso, sino que abrirás todas las puertas para que las posibilidades infinitas tengan acceso a ti.

 

Desde la serenidad todo se ve más luminoso, más claro. Desde este punto resulta más sencillo llegar hasta nuestras metas porque no hay nada entorpeciendo el camino, no hay nada que te obstaculice, ni siquiera tú mismo. Solo estás tú y tu calma y tu absoluta paz, tu creencia de que eso va a llegar, con serenidad. Paso a paso. Con orden.

 

Olaya Martínez Gil

Psicóloga en Valencia

 

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Nº de Colegiada CV-13970