Un cuerpo y una mente perfectamente combinados y en consonancia son nuestro armamento perfecto para triunfar en cualquier escenario que la vida nos ponga delante. Qué hacemos con ellos va a marcar la diferencia.
¿De verdad dudas de tu capacidad? ¿De verdad crees que cuentas con menos recursos y capacidades que otro? Nuestras capacidades se encuentran equilibradas y siempre que carecemos de “algo”, tenemos otro “algo” potenciado para no ponernos excusas y echar a andar para lograr todo aquello que nos propongamos.
Excusas, si… excusas.
Una de las cosas que más debemos revisarnos en terapia es por qué o para qué ponemos excusas. Verdaderamente mientras no salgamos de ese círculo, no lograremos tener nada mejor. Las excusas no son más que la voz del miedo, ese que nos paraliza y nos impide avanzar, ese que nos bloquea y no nos permite ver que, allá al final, existe algo más.
¡No hay excusa! Triunfa... sin más
Cuídate, presta atención a tus necesidades, al lenguaje de tu cuerpo, qué sientes y por qué, qué te apetece y, sobretodo, respétate y ámate con todo ello.
La vida es un camino y en él debemos tomar la responsabilidad de atendernos y permitirnos así, crecer cada día. No te arrepientas nunca de lo vivido, el pasado ha sido tu mentor y maestro, agradécele hasta dónde te ha traído y con todo eso a por el éxito. No te quedes en él, porque allí ya no hay nada más para ti. Pasó y, por tanto, ya no está. Coge todo aquello que te sirve para crecer y no sigas mirando hacia donde ya no queda nada. Estás aquí, has de ser capaz de ver todo aquello que sí tienes y fijar la atención en todo aquello que ahora puedes lograr.
No tengas miedo al error porque es quien te va a permitir aprender por donde no has de volver. Ensayo y error, ensayo y error, ensayo y ensayo y ensayo. Así funciona, así es como los grandes investigadores consiguen nuevos y fascinantes aprendizajes. Juega a investigarte, juega a vivirte.
Y después de todo lo vivido y de cada ensayo y cada error, llega el momento de emprender un nuevo camino y volver a experimentarse y, sin duda, aprender algo más y ser un poco más exitoso, grande, capaz, culto, triunfador.
¡Tú has nacido para ganar! Y un solo partido no decide quién gana toda una liga. ¡Tú has de ir a ganar! Desde ya y para siempre. A veces perder, también significa ganar. Sólo que… necesitamos un poco más de tiempo para darnos cuenta. Por el momento, abre los ojos y pregúntate: ¿Qué oportunidad me está dando la vida con la situación que se me pone ahora delante? Siempre ha de haber una respuesta y siempre va de la mano de la oportunidad, del crecimiento personal y del camino al éxito. Así que, no hay excusas… Triunfa, sin más.
Olaya Martínez Gil
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Veronika (lunes, 21 mayo 2018 11:32)
Mi gran inspiradora����