Amar-se

Escuchar, atender, respetar, apoyar, cuidar, mimar, soñar, desear, celebrar, conocer, comprender,…

 

Son palabras que todos pensamos y utilizamos cuando hablamos de amor o cuando sentimos amor por alguien. Nos ocupamos de que el otro se sienta atendido, comprendido, escuchado, mimado, y un largo etcétera.

 

Cuán curioso resulta entonces que nos dediquemos a ir por la vida sin hacer ese mismo ejercicio de amor por nosotros mismos. ¿Verdad? Si somos capaces de ver esa “necesidad” en el otro… ¿Qué pasa con nosotros mismos? Por ende, ¿Hemos de esperar que sea otro el que nos dé todo eso que anhelamos, no?

Practiquemos el amor por uno mismo

Sé amable contigo, sé amoroso y respetuoso. Aprende a escucharte con claridad. Haz siempre aquello que verdaderamente desees y deja de lado lo que no te aporte bienestar y felicidad. Acéptate por sobre todas las cosas y reinvéntate cada día para convertirte así en una mejor versión de ti mismo. No te juzgues.

 

No te quedes esperando a que sea otra persona quien cargue con una responsabilidad que es solo tuya, hacerte feliz. Cuando esperamos que sea otro quien nos lleve las mochilas, muchas veces, podemos desesperar, esperando en el camino. Coge tu carga y comienza a andar. Y lo mismo al contrario, no debes de cargar con las cosas de los demás. Cada uno ha de ser quien aprenda a gestionarse sus emociones, pensamientos, sentimientos, sensaciones, apetencias y placeres. Nos equivocamos cuando creemos que tiene que ser otro quien nos provea de todo aquello que anhelamos. No hay mayor fuente de recursos que la que tú mismo posees.

 

Hay quien lo da todo al otro y se queda seco para sí mismo. Hay quien ni siquiera se para a mirarse. Hay quien ni siquiera sabe lo que quiere y, en cambio, espera que sea el de en frente quien lo sepa y dé en el clavo.

Aprender a recibir amor

Unas palabras también para quien no sólo no tiene tiempo para dedicar a amarse, sino que además, no sabe recibir el amor de los otros. Normalmente, este modo de comportarnos parte de una idea profunda de no merecimiento. Solo una cosa: tú mereces todo lo bueno que tiene la vida y entre todas esas cosas, está el recibir amor. Eres totalmente digno de ser bien amado. No te dejes llevar por el miedo y abre siempre tu corazón a las oportunidades.

 

Esa conexión especial que crea amar y ser amado es lo que nos permite sobrevivir como especie. Somos seres sociales y relacionarnos en este sentido es tan importante como comer, beber y dormir.

 

El amor da sentido a nuestras vidas y a todo lo que hacemos con ellas.

 

 

Olaya Martínez Gil

Psicóloga en Valencia

 

Escribir comentario

Comentarios: 0

Formación:

 

Nº de Colegiada CV-13970