Llega el final de año y con él, los nuevos propósitos, sueños y las nuevas metas. Parece que el resto del año no existiese en cuanto a estas premisas, eso sí, llega el 31 de diciembre y es como si algo dentro nuestro hiciera ´Click´.
Comenzaré contándoos un secreto: cualquier momento del año puede ser un momento especial para cambiar nuestras metas y objetivos, tan solo hay que proponérselo seriamente.
Todo lo nuevo tiene como un algo especial. Algo que nos impulsa a querer estrenarlo de la mejor de las maneras, de la más original. Es por ello que utilizamos el principio de año para dotar de fuerza a nuestros nuevos retos.
Propósitos de Año Nuevo
Hagamos un ejercicio a ver qué tal os parece: fijaos muy bien en todo esto que sentís estos días. En cómo es esa fuerza y esa ilusión que os mueve al cambio, que os guía hacia nuevas cosas. Ponerle nombre a esas sensaciones, a los pensamientos, a lo que sentís. ¿Dónde lo sentís? ¿Cómo lo sentís? Es importante que toméis nota de todo ello para así, a lo largo de este 2019 que casi empieza, podáis hacer una especie de regresión a estos impulsos que hoy os mueven hacia nuevos propósitos y que cada día sea como el 1 de enero en cuanto a fuerza y ganas de cambio y mejora.
Porque la vida es cada día y como suelo decir habitualmente… cada día cuenta. ¡Pues hagamos que cuente!
Tenemos una tendencia natural a polarizar nuestras mentes hacia el negativo, quizás por la educación, quizás por las prohibiciones que quedan grabadas muy dentro, quizás por las limitaciones que nosotros mismos creemos tener y, por tanto creamos… Sea como sea tendemos a desconfiar. Desconfiamos de la vida, de nuestras capacidades, de los recursos, de lo que vendrá. Nos encontramos siempre con las corazas puestas y las espadas en la mano (no sea que vayan a atacarnos y no podamos defendernos). Es por ello que si resumo mi propósito de año nuevo en una palabra me gustaría que fuera: CONFIANZA.
En el 2019 me propongo confiar. Confiar en que la vida me provee de todo lo que necesito para mi propio crecimiento personal. Confiar en que todo me brinda oportunidades aunque en primera instancia no termine de comprender la funcionalidad. Confiar en mí y mis intuiciones (que rara vez se equivocan). Confiar en mi instinto. Confiar en mi profesionalidad. Confiar… en definitiva, confiar. ¿Solo eso? Sí, ¡Todo eso!
Estoy segura que de enero a diciembre tendré cantidad de oportunidades de ponerme a prueba y practicar mi confianza. Os invito a que la practiquéis vosotros también. Es un arma increíble.
Y si tengo que resumir el 2018 de alguna forma sería: “todo es exactamente cómo ha de ser”.
Hace tiempo que deje de creer en las casualidades y es por ello que también practico a diario el… ¿para qué?
Os deseo a todos y todas 365 días de oportunidades para hacer vuestros sueños realidad y confianza, mucha confianza porque todo está disponible para ser recogido cuando verdaderamente te encuentres preparad@ para ello.
¡Feliz 2019!
Olaya Martínez Gil
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