Infertilidad. ¿Por qué a mi?

Puede que esta sea una de las preguntas más recurrentes en consulta con mis pacientes. ¿Por qué yo? ¿Por qué a mi?

 

Habitualmente esta pregunta viene acompañada de afirmaciones tales como: 

  • La vida siempre me lo pone difícil 
  • ¡Qué injusta es la vida!
  • Cuando no me pasa una cosa me pasa otra, no tengo nunca un respiro
  • Las cosas más importantes de mi vida siempre me han costado un montón
  • Ya sabía yo que cuando quisiera tener hijos me iba a surgir cualquier inconveniente
  • Si es que no te puede ir todo bien en la vida…

 

 

Podría seguir, pero como ejemplo creo que puede servir.

Infertilidad: ¿Para qué a mi?

Y… ¿Qué os parece si llegados a este punto le cambio el nombre al post?

 

Ya en alguna ocasión os he comentado que la pregunta ¿Por qué? Nunca me ha gustado. Creo que muchos por qué se quedan eternamente por resolver, en cambio, un para qué siempre encontrará su respuesta. Quizá no será hoy, quizá no en la próxima semana, pero estoy segura que con tiempo, con perspectiva y con los ojos y el corazón bien abiertos, llegará el día en el que entendamos el para qué de cualquier situación que se nos presente en la actualidad.

 

¿Conocéis el concepto de profecía autocumplida?

Creo que tenemos un poder mucho más grande de lo que podamos imaginar. Nuestros pensamientos, la manera que tenemos de evaluar una determinada cosa, situación o persona, marca la forma en la que vamos a interactuar con ella y, por tanto, los resultados que obtendremos de nuestra interacción serán bien diferentes si ésta es amable, positiva, optimista o, por el contrario, es desagradable, en batalla y negativa.

 

Acostumbro a hablaros de mis “frases estrella en consulta” y otra de las que utilizo siempre es: La vida pide más vida.

¿Qué quiero decir con esto? Que cuando alguien está buscando tener un bebé no debería estar peleada o peleado con la vida. Para obtener más vida, nuestra relación con la vida debe ser cálida, bondadosa, agradable, respetuosa y amorosa.

 

¿Tú le abrirías los brazos y las puertas de tu casa a una persona que se refiere a ti como: injusta y complicada? Seguramente estás conmigo… ¡NO!

 

Creo que en nuestra relación con la vida debemos ser siempre impecables y, creo también que en muchas ocasiones los verdaderamente injustos somos nosotros. Tenemos demasiado abiertos los ojos a las cosas “que no tenemos”, “que no conseguimos”, “que no llegan” y muy poco abiertos a todo aquello de lo que disponemos constantemente.

 

Cuando uno se propone algo desde el pleno convencimiento de que lo logrará… creedme, lo logra. Lo único que desconocemos en este juego es cuándo será. Pero el tiempo no es una variable que debiera hacernos desistir. El tiempo es relativo, el tiempo es una invención. Nuestras palabras clave son: Confianza y Abundancia.

 

Eso si, el primer movimiento es: reconciliarse con la vida. Cambiarse las gafas de ver “lo que no”, por “lo que si”. Ponerse el traje de la gratitud y de observar las bondades de la vida. La vida no juega contigo, la vida es de tu equipo y juega para ti, eso sí… con fair play. Hay que ser justos y ver todo aquello que también nos da a diario y no solo verlo, también agradecerlo.

 

¿Qué os parece si comenzamos cambiando esas frases tan feas del principio de post?

Hagamos un trabajo de comunicación saludable con la vida. Como un primer paso en nuestra reconciliación… puede estar bien.

  • La vida es sencilla 
  • La vida es una fuente inagotable de recursos 
  • Yo me hago la vida sencilla 
  • Siempre consigo todo lo que quiero
  • Yo puedo tenerlo todo en la vida

 

Olaya Martínez Gil

Psicóloga en Valencia

 

 

Escribir comentario

Comentarios: 0

Formación:

 

Nº de Colegiada CV-13970