Del ser humano me sorprenden muchas cosas, pero una de las que más, es que es capaz de conocer hasta el recoveco más profundo e informarse hasta el agotamiento cuando va a adquirir cualquier posesión o realizar un viaje, etc... y en cambio, existe todavía un gran desconocimiento sobre todo lo que rodea el embarazo, el parto, el posparto, y más allá todavía, si hablamos del plano emocional.
Si bien es cierto que poco a poco las personas ponemos más empeño en conocer más profundamente acerca de este proceso, aún hay patas que cojean y después resultan vitales para un proceso saludable y en paz.
Cada día más, las parejas se apuntan a clases de preparación al parto donde se les enseña todo aquello que pueda facilitarles el tránsito por este camino tan trascendental en sus vidas. Pero prestemos atención... aún casi todas estas preparaciones, hablan de la preparación del cuerpo físico. ¿No creéis que faltaría algo importante?
La importancia del cuidado emocional en la preparación al parto
Somos cuerpo físico, pero no podemos olvidarnos del motor de todo ese cuerpo: nuestra mente, nuestros pensamientos y nuestras emociones. Ellas son, en realidad, las que acompañan y facilitan (o todo lo contrario) cualquier proceso que tengamos que vivir en nuestra historia.
¿Cómo vamos entonces a obviarlas en este momento? Resulta necesario y beneficioso abrirles también un espacio de conocimiento y reconocimiento en estos talleres.
Por ello me siento tan feliz de colaborar en la preparación al parto de algunos espacios como Imagine Gandía. Una clínica para la mujer y el embarazo que realiza estas preparaciones al parto completas de verdad, en las que se trabaja con todos los cuerpos a una y desde donde se abarcan todo el abanico de experiencias que una mujer puede vivir en este trayecto vital.
Existen cantidad de detalles que se desconocen a nivel emocional en el camino hacia la maternidad y el solo hecho de ponerles nombre, ya dota de una paz que puede servir de factor protector frente a futuros escenarios.
El bienestar emocional de la madre puede influir en su experiencia de embarazo, de parto y en su recuperación posterior.
El embarazo
El embarazo es un verdadero vaivén de emociones. Algunas, presentes, pero otras, pueden venir como recuerdos de un pasado doloroso que podemos acusar en un presente. Es decir, la sombra de la propia experiencia pasada puede nublar la actual, aunque nada tenga que ver.
En este sentido, resulta crucial el trabajo con la propia niña interior y sus posibles heridas.
Además, ideal de la "madre perfecta" que se muestra en los medios y en las redes puede hacer que muchas mujeres se sientan insuficientes o inadecuadas (ya empezamos a acuñar el término "mala madre"), lo que sin duda podría afectar la salud emocional. Este es otro de los motivos por los cuales es tan importante que la preparación al parto no se limite a aspectos técnicos, sino que incluya un espacio para hablar de las emociones, las dudas y los miedos de la mujer. Compartirnos ahí también nos hace vernos en el espejo de las "iguales" que seguramente están pasando por algo similar.
El parto y posparto
El embarazo va a venir determinado por la propia experiencia vital, miedos e inseguridades, el parto va a venir muy determinado por la experiencia de embarazo y el posparto... ¡por todas las anteriores!
El miedo al parto es quizás uno de los más habituales en las futuras mamás. Algunas herramientas como las visualizaciones o la respiración consciente pueden ayudar a tener una experiencia más placentera.
Por ejemplo, muchas mujeres no saben que es completamente normal sentir una oleada de miedo o duda justo antes de que comience el parto. Este fenómeno, conocido como "crisis de transición", es una respuesta emocional común a la inminente llegada del bebé. Cuando las mujeres no están preparadas para estos momentos emocionales, pueden sentirse confundidas o pensar que algo está mal con ellas, lo que puede aumentar su estrés.
Las emociones fluctuantes son absolutamente normales en todo el recorrido.
Por supuesto y como en cualquier proceso vital y más aun en este tan trascendental, el apoyo emocional de la pareja y el entorno es un gran aliado para que la mujer se sienta contenida y segura durante el parto y tras el mismo. Sabiendo que tiene a alguien a su lado que la escucha, la comprende y está preparado para sostener cualquier eventualidad emocional, la mujer puede vivir el camino con una mayor sensación de seguridad y confianza.
En definitiva, el cuidado emocional es una inversión en la salud mental y física de la madre y el bebé, y debe ser un componente fundamental en cualquier preparación al parto. Por ello me siento profundamente feliz de compartir un poquito de todo esto en los talleres de preparación al parto. ¡Espero que muchas podáis beneficiaros de esta información y que vuestro camino hacia la maternidad sea saludable, placentero y en paz.
Olaya Martínez Gil
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